LA MAGIA DEL LENGUAJE
TALLER: No. 1 PARA EL PRIMER MOMENTO VIRTUAL
OBJETIVO: ADQUIRIR CONOCIMIENTOS PREVIOS AL TEMA PARA EL DESARROLLO POSTERIOR DEL TALLER NO. 2 EN FECHA PRÓXIMA VIRTUAL
GRADO: SÉPTIMO
ASIGNATURA: ESPAÑOL Y LITERATURA
ESTRATEGIA: TRES ACTIVIDADES DE SOLO LECTURA PREVIAS AL TALLER No.2 PRÓXIMO (en esta oportunidad no hay que entregar nada solo adquirir conocimientos previos para luego en el taller No. 2 practicar)
PROFESOR: ÓSCAR DARÍO RENDÓN TORO
TEMA: CÓDIGOS Y SÍMBOLOS EN LA COMUNICACIÓN.
ACTIVIDADES
A. Ver el video:
https://www.youtube.com/watch?v=Rh0o9yH00Ps
B. Lee el artículo
https://www.importancia.org/simbolo.php
EL SÍMBOLO
·
Símbolo
es todo aquel dibujo o diagrama que tenga por fin representar sintéticamente
una idea, una sensación, un objeto, una marca.
·
El
símbolo es uno de los elementos más importantes ya que sirve para comunicar
pero sin necesitar palabras.
·
Esto
sucede porque inmediatamente es reconocido
·
El
símbolo es un elemento importante de la comunicación entre los seres
humanos.
·
También
son símbolos aquellos que se utilizan para hacer cuentas matemáticas, o los
dibujos que uno puede realizar.
·
Muchas
cosas pueden convertirse en símbolos siempre y cuando se comprenda su
significado
·
Los
jeroglíficos por ejemplo son una clara muestra de comunicación basada en
símbolos
·
Hoy en día, muchos símbolos están asociados a marcas y empresas
- Corazón: este representa el amor, la compasión y la salud.
- Paloma: este representa la
paz, el amor, y la tranquilidad.
- Cuervo: este representa la muerte y la condena.
- Árbol: este representa el crecimiento, la naturaleza, la
estabilidad, y la vida eterna.
- Búho: este representa la sabiduría y la inteligencia.
- Dragón: este representa el poder, la sabiduría, la fuerza, y el
misticismo.
- Mariposa: este representa el renacimiento, la belleza, y la
transformación.
- Perro: este representa la lealtad, la protección, y el compañerismo.
- León: este representa el coraje, el liderazgo, y la realeza.
- Zorro: este representa la astucia y la inteligencia.
TALLER: No. 2 PARA EL SEGUNDO MOMENTO VIRTUAL PARA ELGRADO SÈPTIMO
OBJETIVO: DESARROLLO DEL TALLER NO. 2
GRADO: SÉPTIMO A, B, y C
ASIGNATURA: ESPAÑOL Y LITERATURA
ESTRATEGIA: DESARROLLO DEL TALLER SOBRE EL SÍMBOLO
PROFESOR: ÓSCAR DARÍO RENDÓN TORO
TEMA: CÓDIGOS Y SÍMBOLOS EN LA COMUNICACIÓN.
FECHA DE ENTREGA: SE DESAROLLA EN FECHA VIRTUAL SEÑALADA SEGÚN PROGRAMACIÓN PARA SER ENTREGADA EN LA FECHA INDICADA POR EL DOCENTE
NOTA: (Estar atentos a las indicaciones dadas por el profesor durante las clases)
ACTIVIDADES:
ACTIVIDAD EVALUATIVA:
En trabajo individual o en equipo (solo dos) y con normas Icontec y en MANUSCRITO
1. Investigar
qué diferencia hay entre símbolo y signo
2. Dibujar
cinco símbolos de los vistos en el momento virtual anterior e inventar otros cinco símbolos personales con su
significado. Total: 10 símbolos
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Para leer y realizar en esta semana del 18 al 22 de septiembre
Grado séptimo grupos A, B y C.
LITERATURA DE AVENTURAS Y VIAJES.
OBSERVA LOS TRES VIDEOS DE HISTORIA DE AVENTURAS
Los viajes de Gulliver NUEVO Animado en Español | Cuentos infantiles para dormir - YouTube
Descubriendo Moana: un Mar de Aventuras | Disney Princesa - YouTube
Aquiles "Inmortalidad Tras Ella Es Suya" en Español Latino HQ - YouTube
Si esos videos representan la literatura de viajes y aventuras, responde según lo visto:
1. ¿Qué será entonces la literatura de viajes y aventuras? Dilo; pero con tus propias palabras
2. ¿Qué características comunes tienen las tramas o contenidos de esas historias?
3. ¿Cuáles son los escenarios o espacios o lugares comunes donde ocurren esas historias?
4. Haz un resumen de cualquiera de los videos vistos.
5. Investiga tres nombres de autores de esta clase de literatura.
6. Ilustra mediante un dibujo, cualquier escena de cualquiera de los videos vistos
NOTA: trabajo individual o en parejas, con normas Icontec, manuscrito o impreso.
Fecha de entrega: primer día de clase de español de la semana que empieza el 25 de septiembre.
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1.
DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS
·
¿Cuál es la Declaración Universal de los Derechos
Humanos?
La Declaración Universal de
Derechos Humanos (DUDH) es un documento que sirve de plan de acción global
para la libertad y la igualdad protegiendo los derechos de todas las personas
en todos los lugares.
1. Todos Hemos Nacido Libres e Iguales. Todos hemos
nacido libres. Todos tenemos nuestras propias ideas y pensamientos. Todos
deberíamos ser tratados de la misma manera.
2. No Discrimines. Estos derechos pertenecen a
todos, sin importar nuestras diferencias.
3. El Derecho a la Vida. Todos tenemos
el derecho a la vida y a vivir en libertad y con seguridad.
4. Ninguna Esclavitud. Nadie tiene
derecho a convertirnos en esclavos. No podemos hacer a nadie nuestro
esclavo.
5. Ninguna Tortura. Nadie tiene ningún derecho a
dañarnos o torturarnos.
6. Tienes Derechos Sin Importar a Donde Vayas. ¡Soy una
persona igual que tú!
7. Todos Somos Iguales Ante la Ley. La ley es la misma
para todos. Nos debe tratar a todos con equidad.
8. La Ley Protege tus Derechos Humanos. Todos tenemos
el derecho de pedir a la ley que nos ayude cuando hemos sido tratados
injustamente.
9. Ninguna Detención Injusta. Nadie tiene el
derecho de meternos en la cárcel sin una buena razón y de mantenernos
encarcelados o de echarnos de nuestro país.
10. El Derecho a un Juicio. Si se nos lleva
a juicio tiene que ser en público. Las personas que nos juzgan no deben
permitir que alguien más les diga qué hacer.
11. Somos Siempre Inocentes hasta que se Pruebe lo
Contrario. No
se debería culpar a nadie de haber hecho algo hasta que se haya demostrado.
Cuando alguien nos acusa de haber hecho algo incorrecto, tenemos el derecho de
demostrar que eso no es verdad.
12. El Derecho a la Intimidad. Nadie debería
tratar de dañar nuestra reputación. Nadie tiene el derecho de entrar en nuestra
casa, abrir nuestras cartas o molestarnos o a nuestra familia sin una buena
razón.
13. Libertad de Movimiento. Todos tenemos el
derecho de ir a donde queramos en nuestro propio país, y de viajar a donde nos
plazca.
14. Derecho de Buscar un Lugar Seguro en Donde Vivir. Si tenemos
temor de ser tratados mal en nuestro propio país, tenemos el derecho de irnos a
otro país para estar seguros.
15. El Derecho a una Nacionalidad. Todos tenemos
el derecho de pertenecer a un país.
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PARA EL GRADO SEXTO
TALLER No. 1 PARA EL PRIMER MOMENTO VIRTUAL
OBJETIVO: AMBIENTAR Y
LEER EL TEXTO REGIONALISTA PARA LUEGO ABORDARLO ANALÍTICAMENTE EN EL POSTERIOR TALLER NO. 2 DE LA PRÓXIMA
FECHA VIRTUAL
GRADO:
SEXTO
ASIGNATURA: ESPAÑOL
Y LITERATURA
ESTRATEGIA:
DOS ACTIVIDADES PARA INDUCIR MEDIANTE LA
PRESENTACIÓN Y PRACTICAR
LECTURA(en esta oportunidad no hay que entregar nada solo adquirir conocimientos previos para luego en
el taller No. 2 analizar)
PROFESOR:
ÓSCAR DARÍO RENDÓN TORO
TEMA:
LA
NOVELA REGIONAL CORTA
ACTIVIDADES:
A. Lee y aprende
LA
NOVELA REGIONAL CORTA
· Regionalismos son aquellas
construcciones que resultan características de un lugar geográfico determinado
ejemplo: Antioquia, pasto etc.
· Es
importante porque pueden ayudar a conservar los
rasgos identitarios de las regiones y las culturas.
· La literatura
regional es la literatura producida desde un área geográfica y cultural
concreta o región pequeña.
B. Lee de manera esmerada el siguiente fragmento de la obra de
Tomas Carrasquilla "En la diestra de Dios padre".
EN LA DIESTRA DE DIOS PADRE
![]()
POR TOMÁS CARRASQUILLA
Este dizque era un
hombre que se llamaba Peralta. Vivía en un pajarate muy grande y muy viejo, en el propio camino real y
afuerita de un pueblo donde vivía el Rey. No era casao y vivía con
una hermana soltera, algo viejona y muy aburrida.
No había en el pueblo quién no
conociera a Peralta por sus muchas caridades: él lavaba los llaguientos; él asistía a los
enfermos; él enterraba a los muertos; se quitaba el pan de la boca y los trapitos del cuerpo para
dárselos a los pobres; y por eso era que estaba en la pura inopia; y a la hermana se la llevaba el diablo con todos los limosneros y leprosos que Peralta
mantenía en la casa. "¿Qué te ganás, hombre de Dios –le decía la hermana–,
con trabajar como un macho, si
todo lo que conseguís lo botás jartando y vistiendo a tanto perezoso y holgazán? Casáte, hombre;
casáte pa que tengás hijos a quién mantener". "Cálle la boca, hermanita, y no diga
disparates. Yo no necesito de hijos, ni de mujer ni de nadie, porque tengo mi prójimo a quién servir. Mi familia son los prójimos". "¡Tus prójimos!
¡Será por tanto que te lo agradecen;
será por tanto que ti han dao! ¡Ai te veo siempre más hilachento y más infeliz que los limosneros que socorrés!
Bien podías comprarte una muda y comprármela a yo, que harto la necesitamos; o tan siquiera traer comida alguna vez pa que llenáramos, ya que pasamos
tantos hambres. Pero vos no te afanás por lo tuyo: tenés sangre de
gusano".
Esta era siempre la cantaleta de la
hermana; pero como si predicara en desierto frío. Peralta seguía más pior; siempre hilachento y
zarrapastroso, y el bolsico lámparo lámparo; con el fogoncito encendido tal cual vez, la despensa en las puras
tablas y una pobrecía, señor, regada
por aquella casa desde el chiquero hasta el corredor de afuera. Figúrese que no
eran tan solamente los Peraltas,
sino todos los lisiaos y leprosos, que se habían apoderao de los cuartos y de los corredores de la
casa "convidaos por el sangre de gusano", como decía la hermana.
Una ocasioncita estaba Peralta muy
fatigao de las afugias del día, cuando, a tiempo de largarse un aguacero, arriman dos pelegrinos a los portales
de la casa y piden posada: "Con todo corazón se las doy, buenos señores –les dijo Peralta muy atencioso–; pero lo van a
pasar muy mal, porqu'en esta casa no hay ni un grano de sal ni una tabla de
cacao con qué hacerles una comidita. Pero prosigan pa dentro,
que la buena voluntá es lo que
vale".
Dentraron los pelegrinos; trajo la
hermana de Peralta el candil, y pudo desaminarlos a como quiso. Parecían mismamente el taita y el hijo. El uno era
un viejito con los cachetes muy sumidos,
ojitriste él, de barbitas rucias y cabecipelón. El otro era muchachón, muy buen mozo, medio mono, algo zarco y con
una mata de pelo en cachumbos que le caían hasta media espalda. Le lucía mucho la saya y la capita de pelegrino. Todos dos tenían sombreritos de caña, y unos bordones
muy gruesos, y albarcas. Se sentaron en una banca, muy cansaos, y se pusieron a hablar una jerigonza tan
bonita, que los Peraltas, sin entender jota,
no se cansaban di oirla. No sabían por qué sería, pero bien veían que el viejo
respetaba más al muchacho que
el muchacho al viejo; ni por qué sentían una alegría muy sabrosa por dentro; ni mucho menos de dónde salía
un olor que trascendía toda la casa: aquello parecía de flores de naranjo, de albahaca y de romero de Castilla; parecía de incensio y del sahumerio de alhucema que le echan a
la ropita de los niños; era un olor que los Peraltas no habían sentido
ni en el monte, ni en las
jardineras, ni en el santo templo de Dios.
Manque estaba muy embelesao, le dijo Peralta a la hermana: "Hija, date una asomaíta por la despensa; desculcá por la cocina, a ver si encontrás alguito que darles a estos señores. Mirálos qué cansaos están; se les ve la fatiga". La hermana, sin saberse cómo, salió muy cambiada de genio y se fué derechito a la cocina. No halló más que media arepa tiesa y requemada, por allá en el asiento di una cuyabra. Confundida con la poquedá, determinó que alguna gallina forastera tal vez si había colao por un güeco del bahareque y había puesto en algún zurrón viejo di una montonera qui había en la despensa; que lo qu'era corotos y porquerías viejas sí había en la dichosa despensa hasta pa tirar pa lo alto; pero de comida, ni hebra. Abrió la puerta, y se quedó beleña y paralela: en aquel despensón, por los aparadores, por la escusa, por el granero, por los zurrones, por el suelo, había de cuanto Dios crió pa que coman sus criaturas. Del palo largo colgaban los tasajos de solomo y de falda, el tocino y la empella; de los garabatos colgaban las costillas de vaca y de cuchino; las longanizas y los chorizos se gulunguiaban y s'enroscaban que ni culebras; en la escusa había por docenas los quesitos, y las bolas de mantequilla, y las tutumadas de cacao molido con jamaica, y las hojaldras y las carisecas; los zurrones estaban rebosaos de frijol cargamanto, de papas, y de revuelto di una y otra laya; cocos de güevos había por toítas partes; en un rincón había un cerro de capachos de sal de Guaca; y por allá, junto al granero, había sobre una horqueta un bongo di arepas di arroz, tan blancas, tan esponjadas, y tan bien asaítas, que no parecían hechas de mano de cocinera d'este mundo; y muy sí señor un tercio de dulce que parecía la mismita azúcar. "Por fin le surtió a Peralta –pensó la hermana–. Esto es mi Dios pa premiale sus buenas obras. ¡Hasta ai víver! Pues, aprovechémonos".
Y dicho y hecho:
trajo el cuchillo cocinero y echó a cortar por lo redondo; trajo la batea grande y la colmó; y al momentico echó a chirriar la cazuela y a regase por toda la casa
aquella güelentina tan sabrosa. Como Dios li ayudó les puso el comistraje. Y
nada desganao qu'era el
viejito; el mozo sí no comió cosa. A Peralta ya no le quedó ni hebra de duda
que aquello era un milagro patente;
y con todito aquel contento que le bailaba en el cuerpo sargentió por todas partes, y con lo menos roto y menos
sucio de la casa les arregló las camitas en las
dos puntas de la tarima.
Se dieron las buenas noches y cada cual si acostó.
Peralta se levantó,
escuro, escuro, y no topó ni rastros de los güéspedes; pero sí topó una muchila muy grande requintada di
onzas del Rey, en la propia cabecera del mocito. Corrió muy asustao a contarle a la hermana, que al momento se
levantó de muy buen humor a hacer
harto cacao; corrió a contarle a los llaguientos y a los tullidos, y los topó
buenos y sanos y caminando y
andando, como si en su vida no hubieran tenido achaque. Salió como loco en busca de los güéspedes pa
entregarles la muchila di onzas del Rey. Echó a andar y a andar, cuesta arriba, porque puallí
dizque era qui habían cogido los pelegrinos. Con tamaña lengua a fuera se sentó un momentico a la sombra di un
árbol, cuando los divisó por allá muy
arriba, casi a punto de trastornar el alto. Casi no podía gañir el pobrecito de
puro cansao qu'estaba, pero ai
como pudo les gritó: "¡Hola, señores; espéremen que les trae cuenta!". Y alzaba la muchila pa
que la vieran. Los pelegrinos se contuvieron a las voces que les dió Peralta. Al ratico estuvo cerca d'ellos, y
desde abajo les decía: "Bueno, señores, aquí
está su plata". Bajaron ellos al tope y se sentaron en un plancito, y
entonces Peralta les dijo:
"¡Caramba qu'el pobre siempre jiede! Miren que dejar este oral por el afán
de venirse de mi casa. Cuenten y verán que no les falta ni
un medio!".
El mocito lo voltió a ver con tan buen
ojo, tan sumamente bueno, que Peralta, anqu'estaba muy cansao, volvió a sentir por dentro la cosa sabrosa qui
había sentido por la noche; y el mocito
le dijo: "Sentáte, amigo Peralta, en esa piedra, que tengo que
hablarte". Y Peralta se sentó.
"Nosotros –dijo el mocito con una calma y una cosa allá muy preciosa– no
somos tales pelegrinos; no lo
creás. Este –y señaló al viejo– es Pedro mi discípulo, el que maneja las llaves del cielo; y yo soy Jesús
de Nazareno. No hemos venido a la tierra más que a probarte, y en verdá te digo, Peralta, que te lucites en la
prueba. Otro que no fuera tan cristiano
como vos, se guarda las onzas y si había quedao muy orondo. Voy a premiarte: los dineros son tuyos: llevátelos; y voy a darte de encima las cinco cosas que me querás pedir.
¡Conque, pedí por
esa boca!".
Peralta, como era un hombre tan desentendido pa todas las cosas y tan
parejo, no le dió mal ni se
quedó pasmao, sino que muy tranquilo se puso a pensar a ver qué pedía. Todos
tres se quedaron callaos como en
misa, y a un rato dice San Pedro: "Hombre, Peralta, fijáte bien en lo que vas a pedir, no vas a salir
con una buena bobada". "En eso estoy pensando, Su Mercé", contestó Peralta, sin
nadita de susto. "Es que si pedís cosa mala, va y el Maestro te la concede; y, una vez concedida, te
amolaste, porque la palabra del Maestro no puede faltar". "Déjeme pensar bien la cosa, Su
Mercé"; y seguía pensando, con la cara pa otro lao y metiéndole uña a una barranquita. San Pedro le tosía, le
aclariaba, y el tal Peralta no lo voltiaba a ver. A un ratísimo voltea a ver al Señor y le dice: "Bueno, Su Divina Majestá; lo primerito que le pido es que yo gane al juego siempre que me dé la gana". "Concedido", dijo
el Señor. "Lo segundo –siguió Peralta– es que cuando me vaya a morir me
mande la Muerte por delante y no
a la traición". "Concedido", dijo el Señor. Peralta seguía
haciendo la cuenta en los dedos,
y a San Pedro se lo llevaba Judas con las bobadas de ese hombre: él se rascaba la calva, él tosía, él le
mataba el ojo, él alzaba el brazo y, con el dedito parao, le señalaba a Peralta el cielo; pero
Peralta no se daba por notificao. Después de mucho pensar, dice Peralta: "Pues, bueno, Su
Divina Majestá; lo tercero que mi ha de conceder es que yo pueda detener al que quiera en el
puesto que yo le señale y por el tiempo qui a yo me parezca". "Rara es tu petición, amigo Peralta
–dice el Señor, poniendo en él aquellos ojos tan
zarcos y tan lindos que parecía que limpiaban el alma de todo pecao mortal, con solamente fijarlos en los
cristianos–. En verdá te digo que una petición como la tuya, jamás había oído; pero que sea lo que vos querás". A esto dió un gruñido San Pedro, y, acercándose
a Peralta, lo tiró con disimulo de la ruana, y le dijo al oído, muy sofocao:
"¡El cielo, hombre! ¡Pedí
el cielo! ¡No sias bestia!". Ni an por eso: Peralta no aflojó un pite; y
el Señor dijo: "Concedido". "La cuarta cosa –dijo Peralta sumamente fresco–
es que Su Divina
Majestá me dé la virtú di achiquitame a como a yo me dé la gana, hasta volveme
tan chirringo com'una
hormiga". Dicen los ejemplos y el misal que el Señor no se rió ni una merita vez; pero aquí sí li agarró la
risa, y le dijo a Peralta: "Hombre, Peralta; ¡otro como vos no nace, y si nace, no se cría!
Todos me piden grandor y vos, con ser un recorte di hombre, me pedís pequeñez. Pues, bueno...". San Pedro
le arrebató la palabra a su Maestro, y le dijo en tonito bravo: "¿Pero no ve qu'esti hombre está loco?". "Pues no me arrepiento de lo pedido –dijo Peralta muy resuelto–. Lo dicho, dicho".
"Concedido", dijo el Señor.
San Pedro se rascaba la saya muslo
arriba, se ventiaba con el sombrero, y veía chiquito a Peralta. No pudo contenerse y le dijo: "Mirá, hombre,
que no has pedido lo principal y no te falta
sino una sola cosa". "Por eso lo'stoy pensando; no si apure Su Mercé".
Y se volvió a quedar callao otro
rato. Por allá, a las mil y quinientas, salió Peralta con esto: "Bueno, Su Divina Majestá; antes de pedile lo
último, le quiero preguntar una cosa, y usté me dispense, Su Divina Majestá, por si fuere mal
preguntao; pero eso sí: ¡mi ha de dar una contesta bien clara y bien patente!". "¡Loco di amarrar! –gritó San Pedro juntando las manos y voltiando a ver al cielo como el que reza el
Bendito–. Va a salir con un disparate gordo. ¡Padre mío, ilumínalo!". El Señor, que volvió a ponerse muy
sereno, le dijo: "Preguntá, hijo, lo que querás,
que todo te lo contestaré a tu gusto". "Dios se lo pague, Su Divina
Majestá... Yo quería saber si el
Patas es el que manda en el alma de los condenaos, go es vusté, go el Padre Eterno". "Yo, y mi Padre y el Espíritu Santo juntos y por separao, mandamos en todas partes; pero al Diablo l'hemos largao el mando del Infierno: él es amo de sus condenaos
y manda en sus almas, como mandás vos en las onzas que te he dao".
"Pues bueno, Su Divina
Majestá –dijo Peralta muy contento–. Si asina es, voy a hacerle el último pido: yo quiero, ultimadamente, que Su Divina Majestá me conceda la gracia de que el Patas
no mi haga trampa en el juego". "Concedido", dijo el Señor. Y El
y el viejito se volvieron humo en la región.
Peralta se quedó otro rato sentao en su
piedra; sacó yesquero, encendió su tabaco, y se puso a bombiar muy satisfecho. ¡Valientes cosas las que iba a
hacer con aquel platal! No iba a quedar
pobre sin su mudita nueva, ni vieja hambrienta sin su buena pulsetilla de
chocolate de canela. ¡Allá
verían los del sitio quién era Peralta! Se metió las onzas debajo del brazo; se cantió la ruanita, y echó falda
abajo. Parecía mismamente un limosnero: tan chiquito y tan entumido; con aquella carita tan fea, sin pizca de
barba, y con aquel ojo tan grande y aquellas pestañonas que parecían de ternero.
Al otro día se fué p'al pueblo, y puso
monte. ¡Cómo sería la angurria que se li abrió a tanto logrero cuando vieron en aquella mesa aquella montonera di
onzas del Rey! "¿Onde te sacates
ese entierro, hombre Peralta?, le decía uno. "Este se robó el
correo", decían otros en secreto;
y Peralta se quedaba muy desentendido. Se pusieron a jugar. La noticia del
platal corrió por todo el
pueblo, y aquella sala se llenó de todo el ladronicio y todos los perdidos. Pero eso sí; no les quedó ni un
chimbo partido por la mitá; por más trampas qui hacían, por más que cambiaban baraja, por más que
la señalaban con la uña, les dió capote, con ser que en el juego estaban toditos los caimanes d'esos laos.
"Con ésta no nos quedamos –dijo el más
caliente–. A nosotros no nos come este... –y ai mentó unas palabras muy feas–.
¡Voy a idiar unas suertes, y
mañana no le queda ni liendra a este sinvergüenza!". Y ai salió del garito, echando por
esa boca unos reniegos y unos dichos
qui aquello parecía un condenao.
Al otro día, desdi antes di almorzar,
emprendieron el monte. Hubo cuchillo, hubo barbera; pero Peralta tampoco les dejó un medio. Como no era ningún
bobo, se dejaba ganar en ocasiones pa empecinarlos más. Determinaron jugar dao, y montedao, y bisbís, y cachimona y roleta, a ver si con el cambio de juegos se caía Peralta; pero si se caía a raticos,
era pa seguir más violento echando por lo negro y acertando en unos y en otros juegos.
Lo más particular era que Peralta con
tantísimo caudal como iba consiguiendo no se daba nadita d'importancia, ni en la ropita, ni en la comida ni
en nada: con su misma ruanita pastusa
de listas azules, con sus mismitos calzones fundillirrotos se quedó el hombre,
y con su mismita chácara de ratón di
agua, pelada y hecha un cochambre.
Pero eso sí: lo qu'era limosnas ni el
Rey las daba tan grandes. Su casa parecía siempre publicación de bulas, con toda la pobrecía y todos los
lambisquiones del pueblo plañendo a toda
hora; y no tan solamente los del pueblo, sino que también echó a venir cuanto
avistrujo había en todos los
pueblos de por ai y en otros del cabo del mundo. ¡Hasta de Jamaica y de Jerusalén venían los pedigüeños! Pero
Peralta no reparaba: a todos les metía su peseta en la mano; y la cocina era un fogueo parejo que ni cocina de
minas. Consiguió un montón de molenderas,
y todo el día se lo pasaba repartiendo tutumadas de mazamorra, los plataos de frijol y las arepas de maíz
sancochao. Y mantenía una maletada de plata, la mismita que vaciaba al día.
FIN DEL FRAGMENTO
TALLER No. 2 PARA EL SEGUNDO MOMENTO VIRTUAL PARA EL GRADO SEXTO
OBJETIVO: ABORDAR ANALÍTICAMENTE EL TEXTO REGIONALISTA
GRADO: SEXTO
ASIGNATURA: ESPAÑOL Y LITERATURA
ESTRATEGIA: ABORDAJE ANALITICO DEL CUENTO YA LEÍDO
PROFESOR: ÓSCAR DARÍO RENDÓN TORO
TEMA: LA NOVELA REGIONAL CORTA
ACTIVIDAD:
Luego de leer el anterior fragmento de la obra “En la diestra de Dios Padre” Por Tomás Carrasquilla, debes realizar lo siguiente:
1. Extraiga el resumen o el argumento
2. Extraiga los personajes
3. Responda porqué es una obra regionalista
4. Extraiga las palabras propias regionalistas
5. Exprese varias costumbres regionalistas que se cuentan
en la obra
Nota: el taller será en parejas o individual, normas Icontec enseñadas con portada bien hecha, correctas márgenes, bien engrapado, tinta negra, hojas tamaño carta
sin rayas.
Fecha de entrega: según lo planteado por lo profesor el clase, cada grupo tiene fecha de entrega diferente por lo cual debió o deberá estar atento a lo que ya se dijo o se dirá en clase.




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